domingo, 7 de octubre de 2012

Bipolar Caracas


Caracas verde, salvaje, exuberante.
Caracas miserable, ruidosa, apurada. Todos tienen prisa. Todos quieren llegar primero. ¿A dónde? ¿A qué?
Caracas renovada, creciendo hacia arriba, hacia abajo, hacia los lados.
Caracas venida a menos, corazón roto y palpitante.
Caracas sin libertad de movimiento ni de nada, me has alienado a más no poder.
Caracas deliciosa, cálida, joven, me has enamorado como nunca imaginé.
Vibras en mis venas, Caracas, para bien y para mal: con rabia, con excitación, con tristeza, con miedo, con amor profundo, con dolor inenarrable.
Ganas intensas de llorar todo el tiempo, Caracas: contigo, por ti, por tu culpa y gracias a ti.
Caracas hambrienta. Caracas llena de sabor. Olor a lluvia, a tierra, a selva, a trópico, y a mierda.
Caracas, madre desalmada que devoras a tus hijos.
Caracas de mi pasado, laberintos de la memoria, recuerdos vívidos de ayer.
Caracas, ciudad borrada, derribada y vuelta a construir, recuerdos barridos, lavados, heridos, destruidos, oxidados, enterrados.
Caracas, destino por nacer.
Me voy, Caracas. Me voy. No quiero volver.
Me voy, Caracas, y ya te extraño.
Adiós, Caracas.
Con mi hogarcito a cuestas y el corazón hecho trizas, sigo llorando: contigo, por ti, por tu culpa y gracias a ti.
Te odio, Caracas. Te amo.

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