jueves, 31 de diciembre de 2009

Closing the season



525,600 minutes,

525,000 moments so dear.

525,600 minutes - how do you measure, measure a year?

In daylights, in sunsets, in midnights, in cups of coffee?

In inches, in miles, in laughter, in strife?

In 525,600 minutes - how do you measure a year in the life?

How about love?

How about love?

How about love?

Measure in love.

Seasons of love.

525,600 minutes!

525,000 journeys to plan.

525,600 minutes - how can you measure the life of a woman or man?

In truths that she learned, or in times that he cried?

In bridges he burned, or the way that she died?

It’s time now to sing out, tho the story never ends

let's celebrate remember a year in the life of friends.

Remember the love! - You've gotta remember the love!

Remember the love!

Remember the love!

Measure in love - Measure your life in love!

Seasons of love!

Seasons of love.

martes, 29 de diciembre de 2009

La ruptura - "Con onor muore chi non può serbar vita con onore"

Como Butterfly, una relación que no puede vivir con honor, con honor debe morir. Es natural querer cerrar los ojos e intentar aferrarse, pero dar la espalda a la realidad es inútil: la realidad sigue ahí, los ciclos se cierran, y hay que avanzar.

A fin de cuentas, y como le comentaba recientemente a un familiar, la naturaleza de las relaciones es la mismísima naturaleza humana: nacen, florecen, crecen, maduran y mueren. Caer en cuenta de ello puede ahorrarnos unas cuantas lágrimas, o al menos evitarnos esa parte de la frustración que se fundamenta en la ilusión de que las relaciones pueden ser para siempre. Y no por ello hay que dejar de experimentar. ¿Acaso es preferible no vivir, sólo por el hecho de que la muerte es parte de la vida? Entonces, ¿para qué ofuscarnos pensando que es mejor no volver a amar?

Duele, por supuesto, sobre todo por ese empeño que tenemos de querer perpetuar lo que alguna vez fue bueno. Pero el dolor no puede superar la emoción por descubrir qué es lo que sigue, porque invariablemente la vida sigue, y trae nuevas y emocionantes experiencias. De eso se trata: de seguir adquiriendo herramientas para los nuevos retos, de seguir avanzando, de soltar lo que ya se ha vuelto pesado y conservar sólo las lecciones aprendidas.

"Va, gioca, gioca!"

sábado, 26 de diciembre de 2009

Silencio


Quiero estar en silencio,

arrastrarme en la quietud de mis horas

y dejarme atormentar por mi propia voz,

esa voz que llama desde adentro,

que me invita a jugar con el prohibido placer

de saberme insatisfecho.

Quiero estar en silencio,

acorralado, amordazado, secuestrado por mis propios pensamientos,

por mis dulces miserias, mis encantadoras amarguras,

hilando tristemente un manto de hielo,

cobijándome con mis desengaños,

alimentándome del vacío, descubriendo mis carencias.

Quiero estar en silencio,

adentrarme en el abismo,

encontrar a mi única fiel compañera, la soledad,

y ofrecerle lo que queda de mí,

y abrazarla, y tomarla, y volverla a amar,

y dormirme en sus brazos

Quiero estar en silencio,

y llenarme de mis ruidos,

descubrir el gélido palpitar de mi corazón adormilado

hasta sentirlo retumbar con sonora tensión,

y burlarme de él, burlarme de su intento,

sólo burlarme, decirle: ¡estás muerto!

Quiero estar en silencio,

deslizarme hacia el febril frío de mi silencio,

y hacer silencio,

y gritar silencio,

y comer silencio,

y llorar en silencio.

R.Wildman - Agosto 2003 (Más vigente imposible)

domingo, 20 de diciembre de 2009

Movie Time! - "Avatar"

Título en español: Avatar
Director: James Cameron
Año: 2009
Escritor: James Cameron (guión e historia)
Protagonistas: Sam Worthington, Zoe Saldana, Sigourney Weaver, Stephen Lang
** (Nada memorable)

Comencemos por lo obvio: los efectos especiales en este film llevan la animación a nuevos niveles, y los efectos especiales y CGI son alucinantes. Aparte, la cantidad de detalles en la creación de este nuevo universo futurista y alienígena es impresionante. Sin embargo, toda la belleza y la originalidad terminan sucumbiendo bajo el peso de un guión que califica dentro de los más épicos clichés hollywoodenses. La fórmula está ejecutada al pie de la letra: los buenos muy buenos, los malos muy malos, lo bello muy bello, las explosiones muy explosivas, la guerra muy guerra... you get the point. No hay matices, todo es "muy", incluyendo "muy largo" - en lo personal, hubiese editado al menos hora y media de escenas bucólicas intergalácticas, tanto efecto sin contenido sólo me hizo cabecear más de una vez.

Entiendo que, como siempre, todo esto es una percepcción muy personal, y no prevendría a nadie de verla -y de verla en gran formato, porque lo único que vale la pena es, precisamente, la parte visual y los efectos que no se aprecian del todo en un DVD-. Sin embargo, creo que es bueno que ante tanta lluvia de críticas abrumadoramente positivas, saquemos un paraguas y ajustemos las expectativas. A fin de cuentas, a estas alturas deberíamos saber qué esperar de la misma pluma que escupió filmes como Terminator, Titanic y True Lies: todo grandilocuencia, todo maniqueísmo, todo cursi.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Movie Time! - "Julie & Julia"

Título en español: Julie y Julia
Director: Nora Ephron
Año: 2009
Escritor: Nora Ephron (guión); Julie Powell (historia)
Protagonistas: Meryl Streep, Amy Adams, Stanley Tucci, Chris Messina
**** (Hay que verla!)

En realidad quería calificarla con tres estrellas y media, porque está en el mero centro entre "Hay que verla!" y "Puede verse, pudo ser mejor"... Y es que creo que en realidad no pudo ser mejor con el material que tenían. Esta es, a fin de cuentas, una comedia romántica. Una buena, impecablemente producida, que sube unos cuantos escalones en la categoría gracias a las estupendas actuaciones... pero sigue siendo una comedia romántica: nada para partirse el coco, nada que vayamos a recordar por mucho tiempo (aunque debo admitir que, en lo personal, me tocó con particular resonancia, pero eso ya es por un proceso de vida muy mío que quizás compartiré en otro momento... o quizás no).

Creo que todo el furor que ha generado esta película juega en su contra, pues se crean expectativas demasiado altas, y este es un film más bien sencillo. Los valores de producción son extraordinarios, y tanto la dirección como la edición son meticulosas y precisas. Añadir elogios para Meryl Streep es llover sobre mojado, pero resulta igualmente inevitable: no es sólo otro gran rol, es una transformación bien desarrollada - tanto de la actriz como del personaje. Meryl Streep no se mimetiza en Julia Child, como podría decirse de Marion Cotillard en el personaje de Edith Piaf. Más bien enriquece a un personaje icónico, dotándole de una emocionalidad compleja y no tan evidente en su vida pública. ¿El resultado? Meryl es más real que la original. ¡Menudo logro! Vale la pena verla, definitivamente.

Movie Time! - "2012"

Título en español: 2012
Director: Roland Emmerich
Año: 2009
Escritor: Roland Emmerich y Harald Kloser (guión e historia)
Protagonistas: John Cusack, Amanda Peet
* (Ahórrense el dinero)

No, no, no, no, no, no. Este es ese tipo de película que me deja preguntándome cómo es posible que se asignen tantos recursos para semejante bodrio, y peor todavía, cómo es que la reacción del público es tan generosa. ¿Tan adicto es el ser humano a los efectos especiales?

Lo quiero dejar tan claro como se pueda: yo estaba en pleno conocimiento de que se trataba de una película de ciencia ficción, y mis expectativas estaban muy bien ajustadas. Sin embargo, no por ser de ciencia ficción un film debe ser inverosímil, incoherente, descuidado y deplorable como este. Ejemplos de blockbusters sci-fi muy o moderadamente bien hechos abundan (incluso evitando los evidentes, como Lord of the Rings, Matrix, etc.): Transformers, Cloverfield, X-Men... No se trata de un sesgo contra este género: este film realmente es una pérdida de tiempo.

Y todo esto por no mencionar lo poco original del guión: podemos juntar Armageddon, The Day After Tomorrow, y todos los films con el mismo tema y sacar la fórmula exacta de éste. El único punto a favor es que, por primera vez, no está la sempiterna escena en que New York es destruída - la Estatua de la Libertad no se salva, sin embargo, sólo que destruyen la réplica de Las Vegas.

No, no, no, no, no, no.

Movie time! - "2 Days in Paris"

Título en español: 2 Días en París
Director: Julie Delpy
Año: 2007
Escritor: Julie Delpy (guión e historia)
Protagonistas: Julie Delpy, Adam Goldberg
** (Nada memorable)

Como proyecto personal, Julie Delpy puede estar muy orgullosa de este film. No sólo prueba ser una buena actriz, sino se cala muy bien la corona de directora y escritora. El guión no es malo, realmente, y la dirección está bastante bien. El gran "pero": esta película sería extraordinaria si tan sólo Woody Allen no hubiese hecho ya Annie Hall. La construcción de dos personajes centrales a partir de la neurosis ya se ha convertido en un género por derecho propio de la mano de Woody, y esa referencia flota con desmedida vehemencia a lo largo de este experimento. Es quizás por eso que en apenas 96 minutos este film se las ingenia para parecer demasiado largo y acercarse peligrosamente al tedio.

Sin embargo, 2 Days in Paris no es un desastre. Tiene algo de alma propia, y cumple con el propósito de entretener. Las actuaciones están muy a tono con el género, y una trama que a ratos pareciera bordear en lo irracional termina teniendo bastante sentido, lo cual se agradece.


jueves, 12 de noviembre de 2009

Movie Time! - "This Is It"


Título en español: Esto es todo
Director: Kenny Ortega
Año: 2009
Protagonistas: Michael Jackson
** (Nada memorable)


Quienes me conocen bien, saben que yo no soy una mala persona, y que lo de cínico es más fama que otra cosa, pero vale la pena aclararlo porque trataré de ser tan objetivo como pueda -aunque me lluevan críticas de insensible después-.

La música de Michael Jackson es grandilocuente, de eso no cabe duda. Es la única razón por la que ver este dizque documental no fue una pérdida de tiempo y dinero. En realidad, este film no tiene mucho qué aportar: es interesante ver el footage detrás de cámara del concierto que nunca fue -del mismo modo que es interesante ver los bonus features en cualquier DVD-. También resulta entretenido el ejercicio de imaginación de tratar completar mentalmente lo que debió ser una serie de conciertos fantásticos.

Dicho esto, lanzar este film no es otra cosa sino una exageración de esa cultura absurda de regodearse en la glorificación de los difuntos. Por un lado, no hay una aproximación al Michael Jackson "privado" como se ha dicho. Lo más, algunas interacciones que gracias a la magia de la edición parecen querer retratar al personaje como un hombre "normal", humilde y hasta buenecito (en un "pobrecito, sólo tenía demasiado talento" kind of way). Con todo respeto, no hay manera en el mundo en que me puedan vender a Michael Jackson como otra cosa más que un freak show. Lo que pudo ser un film cálido, inspirador de lágrimas, o al menos contundente desde un punto de vista emocional, se queda en la mera intención -una intención que, por evidente, resulta chocante-. Por otro lado, las partes musicales no terminan de ser lo extraordinarias que pudieron ser, obviamente, por lo inacabado del espectáculo... y por la falta de público en vivo, que crea un silencio denso al final de cada pieza en el que nadie sabe con exactitud qué hacer (tal vez por eso la reacción del público en las salas es un aplauso sin sentido y un poco incómodo).

Cuando ruedan los créditos, la sensación que se impone es de mera desazón... ¿Tal vez porque "El Rey" no pudo cristalizar su regreso triunfal? ¿Tal vez porque un espectáculo prometedor jamás vio luz? ¿Quizás porque me quieren seguir sacando dinero con algo que no debió llegar a las salas de cine? Todavía no lo sé...

jueves, 22 de octubre de 2009

domingo, 18 de octubre de 2009

Movie Time! - "Inglorious Basterds"



Título en español: Bastardos Sin Gloria
Director: Quentin Tarantino
Año: 2009
Escritor: Quentin Tarantino (guión e historia)
Protagonistas: Brad Pitt, Mélanie Laurent, Christoph Waltz
***** (Clásica!)

La temporada de películas a premiar ha comenzado oficialmente.
Paradójicamente a pesar del título, ¡qué película tan gloriosa! Esto es de lo que el cine debe tratar: luz, color, música, ingenio... Quentin Trantino lleva su brillantez a límites desquiciantes, y manipula la historia a placer para construir una película de culto cuadro por cuadro. No podía esperarse menos. No es la obra de un historiador (eso está clarísimo), sino de un cineasta, y uno de los grandes. El guión es extraordinario, y transforma un tema que se creería gastado en algo totalmente nuevo. ¿Por qué ver una vez más un film sobre algo por todos conocido, cuado pueden utilizarse los hechos como mera referencia e inspiración? Es una pregunta viejísima, pero por primera vez alguien la plantea de la manera correcta.

Y el guión es sólo el principio: visualmente, el film es una maravilla. El manejo de los colores, la luz y las innumerables referencias de otras películas es simplemente fantástico. Secuencias, encuadres, tomas elaboradas... todo un trabajo minucioso que se convierte en festín visual para la audiencia. La violencia y la muerte no pueden ser retratadas de una manera más hermosa e implacable. No se trata de gore, es un deleite sangriento.



Las actuaciones están en perfecta sintonía con la intención del director: oscilan entre el drama y la caricatura hasta lograr un balance perfecto, y vuelven a nacer esos personajes icónicos a los que Tarantino nos tiene acostumbrados.

La banda sonora - otro de esos elementos determinantes en el cine de Tarantino - es colosal. Imposible imaginar el mismo film sin esa música.

Aún no sé si es exagerado decir que esta es la mejor película de Quentin Tarantino hasta ahora, porque el resto de su obra es igualmente brillante. Lo que no se pone en duda es que este film es uno de los mejores de este año, y con seguridad lo veré unas cuantas veces más. ¡Dejen de leer y vayan a verlo!

Movie time! - "Los Abrazos Rotos"

Director: Pedro Almodóvar
Año: 2009
Escritor: Pedro Almodóvar (guión e historia)
Protagonistas: Penélope Cruz, Lluís Homar, Blanca Portillo, José Luis Gómez
*** (se puede ver, pudo ser mejor)

Nadie puede decir que Pedro Almodóvar es un mal director. Sólo alguien que sabe lo que está haciendo es capaz de convertir un guión desastroso en una película digna de ser vista. Ese es, exactamente, el caso de este film. Unos personajes muy bien construídos -a veces, incluso, demasiado construídos para el peso que realmente llevan-, tejen una de esas historias excesivamente dramáticas que caracterizan a Almodóvar, con un guión bastante flojo, abundante en cursilería y en escenas innecesarias. Tal vez sea ese el problema: hay demasiadas escenas que, por su estructura, parecen ser mucho más cruciales de lo que terminan siendo, y cuando finalmente se hace necesario avanzar en la trama y dar explicación a todo lo que ha ocurrido, ya no hay tiempo. El resultado es una escena climática bastante mediocre y un final tan maravilloso como incoherente.

Sin embargo, tal como decía, la dirección es tan cuidadosa y concienzuda que la película no naufraga. Después de tantos y tantos años desarrollando un lenguaje visual tan propio, las expectativas siempre serán altas, y sin excepción Almodóvar las cubrirá. El film es visualmente extraordinario. Mención aparte merece la presentación de Penélope Cruz: ningún otro director logrará jamás hacerla ver tan bien. Ella es como un amasijo de barro que sólo Almodóvar sabe moldear a la perfección. Sorry, Woody, pero un Oscar no significa nada!


Live, from New York, it's The Wildman Show!


So... el satori que estaba esperando nunca llegó -pero era una cuestión de expectativas, no puedo acelerar la transición, ni siquiera "huyendo" a casa-. Sin embargo, como siempre, New York siempre está llena de pequeños descubrimientos y momentos mágicos que le dan a cada visita un sabor distinto y especial, y hoy quiero compartir algunos de esos descubrimientos -que funcionan además como tips para quienes buscan una experiencia un poco distinta a la del turista promedio sin salirse mucho del presupuesto-.

Para ver - The High Line: Un paseo vanguardista ubicado en el Meat Packing District, rodeado por el contraste visual de estructuras antiguas casi en ruinas y nuevas edificaciones de inspiación modernista. La belleza simple e impecable de este lugar es perfecta para tener algunos minutos de paz e inspiración contemplativa en medio del ritmo consabidamente frenético de la gran ciudad. Apenas se ha culminado una porción de esta suerte de parque, que promete convertirse en el lugar mas chic para ver y ser visto, pero no por ello se debe dejar de visitarlo (más bien, por el contrario, hay que aprovecharlo mientras es una joya relativamente desconocida).

Para degustar - Bodhi Tree Restaurant: En medio de la enorme y variopinta oferta gastronómica de NYC, encontrar un lugar como este quizás no resulte sorprendente, pero no puedo evitar hacer un comentario al respecto. El local es bastante sencillo, sin grandes pretensiones, pero indudablemente acogedor y agradable. La comida... YUMMMM! Deliro por la comida Thai, pero esta es particularmente buena. Sabores fuertes en la proporción precisa: langostinos en Panang Curry, dumplings en salsa de maní, spicy fish cakes, spring rolls deliciosos y un Sake-cosmo para recordar. Y la mejor parte: la cuenta no será un monstruo de temer, especialmente si se aprovechan las promociones de almuerzo -desde las 11:30 am hasta las 4:00 pm- (dos entradas y un principal por $7, tragos por $3... y no, no estoy bromeando).

Para cocinar - Las especias de Sanctuary T: Sanctuary T es otro restaurante, nada memorable, excepto por un detalle: tienen a la venta las especias que utilizan, unas maravillas en polvo hechas con té, sea verde, rojo, negro o blanco, que pueden llevarse a casa para experimentar un poco en la cocina y convertir cualquier comida en algo digno del mejor chef.

Para admirar - Museo Noguchi: Un poco alejado de los grandes museos que abundan en Manhattan, luego de un breve paseo en metro hasta Queens, se encuentra este oasis de diseño dedicado a la obra de Isamu Noguchi. Un espacio limpio, tanquilo, sin las hordas de turistas que pululan en el Met, el Guggenheim o el MoMA. Un momento de admiración por un modesto diseñador que supo hacer suspirar a las piedras, a la madera, al concreto y al metal.

Para comprar - Hell's Kitchen Flea Market: Para los amantes de los tesorillos de segunda mano, el mercado de las pulgas de Hell's Kitchen debe ser el paraíso. Uno puede pasar horas y horas entre tarantines que ofrecen cualquier cosa: ropa, joyas, cristalería, juguetes, mobiliario, parafernalia militar... cualquier cosa. Incluso sin comprar nada, vale la pena meter la mano entre tanta cosa vieja y dejarse llevar imaginando la historia detrás de cada objeto.

La iluminación y otras masturbaciones mentales cruciales pueden esperar... o nutrirse de las experiencias nuevas. A fin de cuentas, de eso se trata todo: de ver, imaginar y absorber. De abandonarse sin temor y sin pudor para encontrar en la experimentación sensual el camino hacia el conocimiento propio.

lunes, 5 de octubre de 2009

De regreso

Al regresar de Bagdad, los días se hicieron algo extraños. Baste decir que tengo una deuda de al menos tres o cuatro posts, que con algo de tiempo verán luz. No es falta de creatividad lo que me ha atacado, ni falta de cosas qué decir. Más bien diría que ha sido falta de tiempo para asimilar. Todos a veces entramos en períodos de transición, y sentimos la necesidad de retirarnos de todo y de todos para digerir y planificar, y sólo entonces emprender. Desafortunadamente, las complicaciones de la vida moderna se atraviesan en el camino. Como diría John Lennon, "Life is what happens to you while you're busy making other plans"... Pero siempre he pensado que las oportunidades no se presentan solas, y es por eso que decidí buscar mi espacio y tiempo (aunque breve) para reorganizar mis ideas y prioridades.

Ahí es cuando Rhett Butler viene a mi mente, y sus palabras a Scarlett O'Hara:
"You get your strength from this red earth of Tara. You're part of it, and it's part of you."


Y sin ninguna intención épica, me voy a adueñar de las palabras de Scarlett O'Hara:

"Tara! Home. I'll go home. And I'll think of some way to get him back. After all... tomorrow is another day"


... Con mi propio twist:
"New York! Home. I'll go home. And I'll think of some way to get my indomitable spirit back. After all... tomorrow is another day".

jueves, 25 de junio de 2009

Del amor paterno


Muy a propósito del día del padre –aunque con algo de retraso—, en los últimos días me ha llamado la atención la manera que tienen los padres de referirse a sus hijos por estos lados. No sé si tenga algo que ver que en las últimas décadas los padres hayan estado más crecientemente involucrados en la crianza de los hijos de lo que estaban antes, o si sea sólo la distancia, esa inigualable potenciadora de la nostalgia. Lo cierto es que nunca había notado de manera tan contundente cuán profundo puede ser el sentimiento paterno.

Vale la pena aclarar que, por razones bastante obvias, en Bagdad estoy rodeado de hombres cuyo único común denominador es, además de trabajar para la misma organización, que están separados de sus seres queridos. De resto, y como sugería en mi post anterior, la heterogeneidad no puede ser mayor. Es por eso que se me ha hecho curioso que padres de culturas tan distintas, con valores, religiones, costumbres y esquemas de vida tan diversos, tengan los mismos gestos amorosos al referirse a sus hijos. Ningún otro sentimiento se compara, sólo el recuerdo de esos hijos que esperan en casa, invariablemente, les ilumina la mirada y elimina cualquier barrera de entendimiento posible. Hablar de los hijos dibuja sonrisas incluso en los rostros más endurecidos por las circunstancias, e incluso las inflexiones de la voz adquieren un tono distinto.

Quizás sólo estoy acostumbrado a ver ese tipo de gestos con mucha mayor vehemencia en una madre, y sólo ahora he afinado la percepción y puedo entender las sutilezas del discurso paterno… Sea como sea, siento que en estos días he aprendido bastante de la fuerza de ese vínculo, y evidentemente he extrañado intensamente a mi padre. Este repentino sentimiento me ha tomado por total sorpresa, y no me tomen a mal, a mi padre siempre lo he querido, pero creo que es apenas ahora que entiendo la magnitud del amor de un padre, y no puedo dejar de imaginármelo hablando de mí y de mi hermana con es mismo brillo en los ojos. Basta pensar en eso para disipar la duda que subyace, casi escondida, en una expresión como “espero que esté orgulloso de mí”, y convertirla en una certeza irrebatible: mi papá está orgulloso de mí, y yo lo estoy de él.

domingo, 14 de junio de 2009

The Wildman Show - Baghdad Edition

A poco más de una semana de haber llegado a Bagdad, no puedo evitar pensar en los muchos temores que marcaron los días precedentes. Hoy sólo puedo pensar en lo acertada que fue la decisión de venir. La experiencia que me hubiese perdido de no haberlo hecho, hasta ahora, ha sido una maravilla difícil de encerrar tras las barreras del discurso. Es increíble que el temor a lo desconocido casi me impidiera emprender esta aventura, pero supongo que es algo natural. Algo similar debe ser lo que ocurre con la muerte: tal vez lo que sigue es algo extraordinario, y es el no tener certeza lo que nos aterra… pero eso es tema de otra discusión. Por ahora, y para no extenderme demasiado, me limitaré a enumerar impresiones.

Lo bueno –
La mezcla de culturas: nunca hubiese imaginado las muchas similitudes entre la política de Uzbekistán y la venezolana, o lo cosmopolita que puede ser Madagascar, o que aprendería algunas frases en swahili directamente de un maasai. Esto es Babel, y vivirlo me hace sentir que nuestro entorno inmediato es más pequeño de lo que a veces creemos, y que todo aquello que nos molesta en él tiene la importancia que nosotros mismos le demos, ni más ni menos.

Lo malo –
La naturaleza inclemente: No puedo parar de preguntarme cómo es que la civilización comenzó por estos lados, porque el calor es tal que no puede uno explicarse quién se pudo poner tan creativo como para inventar un cuerno. Aparte, la arena omnipresente… en el suelo, en los muebles, en el aire, en la piel… No es por ser quejón, pero a ratos pienso que en realidad la naturaleza es simplemente inmisericorde en este rincón del mundo.

Lo feo –
La tristeza y la impotencia: Bagdad como ciudad debió ser muy hermosa hasta hace muy poco. A pesar de enclavarse en el entorno más árido imaginable, en su arquitectura se hace notorio un desarrollo estético nada despreciable. Encontrar tal belleza convertida en ruinas a causa de una guerra inexplicable es lamentable. Por otro lado, observar la ligereza y la impudicia con las cuales se manejan los recursos en estos lares simplemente da rabia. En medio de una crisis económica desastrosa, esta gente (y todos sabemos de quiénes hablo) sigue derrochando dinero e ignorancia a manos llenas, como si aun no se dieran cuenta de la magnitud del problema en que están metidos, ni de la importancia de la responsabilidad individual en este entuerto. El mundo se puede estar cayendo, y estos andan preocupados porque no hay opciones “kosher” para almorzar, o porque "los muebles son muy feos, volvamos a cambiarlos y botemos los que hay"… El mundo que termine de caerse, o que se adapte a nosotros, mmm'kay?.

Lo entretenido –
Las tonterías que me divierten: una lata de refresco “de las viejas”, o cualquier producto con el nombre en alfabeto árabe. Un libro que se lee al revés. El cántico que sale de los altoparlantes de una mezquita cercana los viernes por la tarde. Cosas sencillas que me arrancan una risita tonta o una expresión de asombro, que me hacen gracia o me remontan a memorias olvidadas… ¡y que ponen de manifiesto que en el fondo soy sólo un niño grande!

Lo que se extraña –
La naturaleza verde y salvaje de Caracas: Sí, se extraña a la familia, a los amigos, y el aliento de quien uno ama, pero bastó ver una fotografía del Ávila, verde, majestuoso, salvaje y fértil, para darme cuenta de que no sólo se extraña a la gente. ¿Estoy demasiado insistente con el tema de la arena? Me hace falta el color…

Lo que se aprende –
No, no puedo resumir esto en un parrafito. En un tiempo muy breve, es mucho lo adquirido, comenzando por el descubrimiento de características personales que ni siquiera sabía que existían, que han despertado y han tomado el control de manera abrumadora. Es injusto que trate de resumirlo… Lo que aprendo me lo quedo, y quienes me conocen profundamente lo irán descubriendo poquito a poco. Por lo pronto, la mueca de terror contenido que algunos vieron cuando me venía ha sido sustituida por la sonrisa de quien sabe que, no matter what, todo va a estar bien.

domingo, 31 de mayo de 2009

El Miedo

El miedo paraliza. El miedo ataca y punza, convirtiéndose en un freno a muchas de las cosas que uno quiere alcanzar. En los días que han precedido mi partida a Bagdad, me ha dado por reflexionar al respecto, y una de las muchas preguntas que me han acechado es por qué hay semejante estímulo a la valentía en nuestro mundo. ¿Qué importa que sea cobarde? A estas alturas de mi vida, no siento que deba demostrar nada a nadie, y si a todos los que me rodean les provoca pensar que soy irresoluto y temeroso, bien pueden hacerlo con toda confianza. No me importa. Tener miedo es sano. El miedo me ha impulsado a evitar ciertos riesgos innecesarios. El miedo es parte de mí. El miedo a veces salva.

El problema empieza cuando los temores no sólo influyen en la percepción que los demás tienen de mí, y empiezan a mellar mi percepción de mí mismo. Y es que ya me he cansado de renunciar a mis sueños (aunque suene novelesco), porque simplemente no me atrevo a dar los pasos necesarios para alcanzarlos.

Es por ello que puedo decir con absoluto conocimiento de causa que una de las razones que más peso tienen para decidirme a emprender esta aventra es, precisamente, el miedo. El miedo a seguir negándome a conocer lo desconocido. El miedo a seguir paralizado. El miedo que debo vencer.

No, no me he vuelto valiente de la noche a la mañana. Es sólo que, con el pasar de los años, la conciencia de que la vida es una sóla y es cortísima va creciendo vertiginosamente, de manera directamente proporcional a las ganas de aprovecharla y vivirla al máximo. Si lo primero que debo combatir es el miedo, así será. Voy a abrazar mi destino con la confianza plena de que algo nuevo aprenderé, aquí, allá, o más allá. Sin miedo. O cabalgando sobre él.

martes, 26 de mayo de 2009

Movie time! - "Le scaphandre et le papillon"


Título en español: La escafandra y la mariposa
Director: Julian Schnabel
Año: 2007
Escritor: Jean-Dominique Bauby (historia) y Ronald Harwood (guión)

Protagonistas: Mathieu Amalric, Emmanuelle Seigner
**** (Hay que verla!)


Comentar este film sin lanzarse en un viaje introspectivo es virtualmente imposible. Es ese tipo de película. Evidentemente, para cada quién las implicaciones serán distintas, y cada quién lo tomará desde su propio y muy particular punto de vista. Eso es de perogrullo, pero vale la pena hacer la aclaratoria porque no quisiera guiar la percepción de nadie en una dirección errónea. Lo cierto es que, tras haber visto esta maravilla de film, no pude evitar sentirme una persona inmensamente afortunada, mas no por la razón que pudiese resultar obvia - que tengo buena salud, lo cual también es inmensamente importante y agradezco -. Muchos salieron de la sala tristes y apesadumbrados, porque el tema toca ciertas teclas sensibles y lo hace muy bien. Pero muy por el contrario, a mi me embargó una abrumadora sensación de felicidad. Y sé que puede sonar cursi, pero dejar la sala caminando al lado de alguien que llena cada resquicio de mi corazón nunca pareció más importante. Que quede claro: no es mi intención restregarle mi regocijo a nadie en la cara, pero encontrar a la persona perfecta y darse permiso de dar y recibir amor a manos llenas no puede ser otra cosa sino un motivo de gratitud, de optimismo, y sí, de abrumadora felicidad. En el tema de relaciones, ya es difcil encontrar a alguien a quien uno pueda mirar a los ojos y, sin mediar palabras, saber con certeza que estará ahí incluso en las circunstancias más adversas. Y si a esa dificultad sumamos las innumerables limitaciones autoimpuestas (porque, si a ver vamos, cada quien es responsable de sus propias decisiones... "nous sommes seuls, sans excuses"), sólo podemos concluir que amar y ser amado en plena libertad es poco menos que un milagro.

Uy, qué enamorado que estoy!!

Más allá de un tema extremadamente duro, que invita de entrada a la reflexión, este film es una obra maestra de guión y dirección. En ese sentido, cuenta con planteamientos tan contundentes y creativos como amerita el material, y haber logrado que de una situación tan dolorosa emerja una sensación de gratitud con la vida tal como la que he descrito, tiene un mérito nada despreciable.

La vida es una oportunidad maravillosa, y como tal hay que aprovecharla. Hay que ir a ver esta película, hay que vivir a plenitud, hay que amar sin restricciones!

domingo, 17 de mayo de 2009

Movie time! - Paris, je t'aime


Título en español: Paris, yo te amo
Director: Varios
Año: 2006
Escritor: Varios
Protagonistas: Muuuuchos y muy buenos
*** (se puede ver, pudo ser mejor)


Esta es una de esas películas de retazos, donde muchas historias confluyen con poco, o nada en común. Lo que hace especial a ésta es que cada retazo es como un corto, con director, escritores y cast propios. La ficha de directores y escritores es extensa y rica: desde los hermanos Coen hasta Gus Van Sant, pasando por Isabel Coixet, Alfonso Cuarón e incluso Wes Craven. El cast no es menos deslumbrante, y parece más bien la alfombra roja de un festival de Cannes: Fanny Ardant, Juliette Binoche, Gerard Depardieu, Catalina Sandino Moreno (con una actuación tan breve como contundente), Gena Rowlands, Natalie Portman (siempre una de mis preferidas), Bob Hoskins, y un largo e igual de brillante etcétera.

Con semejantes créditos, se podría esperar que el resultado fuese bien un clásico, o un desastre colosal. Infortunadamente, está lejos de ser un clásico, pero por suerte tampoco fracasa estrepitosamente. El producto es, en cambio, una serie de sketches breves, algunos inteligentes, algunos entretenidos, algunos abrumadoramente aburridos, todos interesantes. No se resiente la falta de coherencia, y en términos generales la disfruté. En estos tiempos de re-makes, secuelas, precuelas y demás repeticiones, revisitar la idea del cadáver exquisito puede ser una propuesta atractiva, y no hay mejor lugar que París para emprender la jornada. Es muy probable que este film sea uno de esos que madura en la memoria, y tal vez me encuentre en unos días recomendándolo con vehemencia. Por lo pronto, creo que pudo ser mejor con una edición más implacable: algunas piezas simplemente no tenían cabida, resultaban anticlimáticas, y terminaron siendo relleno sin sustancia.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Movie time! - L'ex-femme de ma vie


Título en español: La ex-mujer de mi vida
Director: Josiane Balasko
Año: 2004
Escritor: Josiane Balasko (historia y guión)
Protagonistas: Thierry L'Hermitte, Karin Viard, Josiane Balasko
** (Nada memorable)

La idea en torno a la cual gira esta película no es nada nueva, pero pudo haber sido interesante: una pareja de ex-esposos se reencuentra mucho tiempo después de terminar y salen a la superficie los muchos sentimientos que yacían enterrados por los años - rencor, culpa, compasión, amor... ¿Quién no lo ha vivido? Uno no puede menos que identificarse con la situación, pensando en aquella persona que alguna vez fue el eje de nuestro universo, y a quien ahora apenas recordamos (facebook de por medio, por lo general).

Sin embargo, este film se queda corto en la exploración del tema, en gran parte por una floja construcción de los personajes. Como comedia no aporta mucho, algunas risas fáciles y, a falta de un mejor guión, abundante comedia física. La estructura del film y los personajes recuerda a Woody Allen, pero la neurosis y los flashbacks se salen de control para convenrtirse en incongruencia desatada. Sólo un personaje resalta: una psiquiatra transexual que parece venir a salvar el día, pero la pobre termina engullida por el monstruoso problema de ritmo del guión, aderazada con un toque nada bienvenido de cursilería. El bostezo termina ganando.

jueves, 30 de abril de 2009

¡Señor, dame paciencia!

Uno de los recuerdos de mi niñez que más gracioso me resulta, conocido por varios de mis amigos más cercanos (y el indiscutible favorito de Irene, la voz de mi conciencia), es el que he llamado "el cuento de los barrilitos de paciencia". Tendría yo unos 4 ó 5 años, y mi madre en su infinita sabiduría me tenía prohibida la entrada a un área separada de la cocina donde estaban la lavadora, la secadora y los causantes de la prohibición: los productos de limpieza. Todo aquello que debiera ser mantenido "fuera del alcance de los niños" iba a parar a aquel rincón. Como es de suponer, yo no tenía la menor idea de qué era lo que se escondía en la zona prohibida, y cualquier intento de acercarme a esa área era interceptado de inmediato por un regaño de mi usualmente dulce madrecita.


Ahora pongamos esa parte del cuento a un lado por un momento. En aquellos remotos tiempos (ni tan remotos, la verdad), ya era yo todo un experto en los deliciosos artes de la exasperación... Bueno, la verdad era sólo un niño, y eso es lo que los niños hacen. Pues bien, cada cierto tiempo, y como producto de horas de mi comportamiento exasperante, mi madre miraba hacia el cielo -o, más bien, hacia el techo-, juntaba las manos en ademán de rezo -o tal vez conteniendo una merecida nalgada-, y soltaba aquella frase cargada de frustración que hasta el sol de hoy recuerdo vívidamente: "¡Señor, dame paciencia, que ya se me terminó!".

Por supuesto, escuchar esa frase era para mí un anuncio de apocalipsis por venir, pero por razones que mi madre jamás hubiese imaginado. Y es que la pobre partía de tres premisas fundamentalmente erróneas: 1) que yo entendería que el fulano "Señor" no era otro sino Dios; 2) que yo sabía lo que significaba la palabra "paciencia"; y 3) que yo interpretaría que toda esa frase hecha significaba que me estaba "portando mal".

Se preguntarán todos qué era lo que pasaba por mi cabecita cuando escuchaba aquella sentencia/petición. Pues fíjense que tenía yo una imaginación maravillosa, e interpretaba todo aquello que no entendía con mucha lógica. ¿Paciencia? Ni idea de cómo sería aquello, pero por su connotación, debía ser algo que le diera energía a mami, y por ende debía venir en barrilitos similares a la espinaca de Popeye. ¿Y dónde guardaba mi mami los barrilitos de paciencia, si yo jamás los había visto? Lógicamente, en la "zona prohibida", ¿recuerdan? Obvio, igual que las espinacas, la paciencia era un recurso que se agotaba, y mi madre debía llamar al "Señor" que, cual vendedor Electrolux, iba de puerta en puerta repartiendo los barrilitos (y era evidente que el repartidor debía vivir en el piso de arriba, por ello la mirada de mi madre hacia el techo).

Entonces, ¿cómo es que de aquella cantidad de maquinaciones de indiscutible lógica, pero absolutamente incorrectas, salía mi muy correcta conclusión de que algo andaba mal conmigo? Simple: aquella frase era, para mí, una acusación, y terminaba yo asustado pensando que de alguna manera se me culpaba de haberme gastado la paciencia de mami, que estaba guardada en un sitio para mí vedado. Ese sentimiento de estar siendo injustamente juzgado era suficiente para cambiar mi comportamiento. Al fin y al cabo, si pasaba inadvertido, nadie pensaría que un nené tan tranquilito pudiese haber violado regla alguna.

Sin pretender reducir mi educación infantil a un compendio de frases hechas (¡sé que mi mami lo hizo mucho mejor!), de algun modo u otro la disciplina funcionó. En algún punto del camino, supongo, comencé a entender, a llenar las palabras de significados correctos, y ciertamente no creo haber resultado tan mal hijo.

Aunque la analogía pueda parecer un poco extraña, toda esta historia me ha ayudado un poco a asumir mi falta de comprensión sobre el fenómeno político venezolano. Y quiero dejar claro que me he jurado mil veces dejar de hablar e incluso de pensar en estos asuntos, pero en este país lo que llueve es política, y tarde o temprano termina permeando hasta el mínimo resquicio.

Pues bien, se me ha dado por pensar que mi entendimiento jamás podrá asir por completo mucho de este fenómeno político por la simple razón de que, al igual que mi madre en aquellos años, estoy partiendo de tres premisas erróneas: 1) que esa "mayoría" que sigue conforme con todo el lodo que ha arrastrado el río durante los últimos diez años entiende verdaderamente lo que significa "democracia"; 2) que este país está listo para vivir en un régimen de libertades, porque su educación cívica así lo permite; y 3) que esa "mayoría" a la que me refiero comprende las consecuencias de sus acciones y elecciones en toda su magnitud.

De cualquier modo, sin importar cuán consciente esté de mi error en las premisas, me niego a apegarme a una suerte de fatalismo neo-positivista a lo Vallenilla Lanz. Me rehúso a creer en "gendarmes necesarios" y caudilluelos de pacotilla. No puedo dejar de hacer la analogía con mi madre, que eventualmente entendió que no podía vigilarme permanentemente para mantenerme alejado de ciertas cosas, y debió confiar en mi propia capacidad para reconocer ciertos peligros.

Es por eso que me empeño en pensar que la falta de orden, responsabilidad personal y conciencia cívica que históricamente han caracterizado a este país no son elementos determinantes e inmutables. El cambio de conciencia puede demorar años, décadas, siglos, del mismo modo que yo tardé en aprender muchas lecciones de mi madre. Después de todo, este país es tan joven --en materia de formación cívica-- como era yo en aquellos años.

Como Renny Ottolina, me empeño en creer en la posibilidad de que un "Buen Ciudadano" resultará de toda esta vorágine, y del mismo modo que eventualmente aprendí el significado de las frases de mi madre, este pueblo noble aprenderá a ser responsable de su destino. Y así como mi madre jamás dudó que sus lecciones calarían, yo no pierdo la fe en Venezuela y en su gente, y le doy la razón a Renny cuando mencionó que "El país es medible: la patria es del tamaño del corazón de quien la quiere".

miércoles, 29 de abril de 2009

Movie time! - "Arráncame la Vida"



Director: Roberto Sneider
Año: 2008
Escritores: Ángeles Mastretta (historia) y Roberto Sneider (guión)

Protagonistas: Ana Claudia Talancón, Daniel Giménez Cacho, José María de Tavira

**** (Hay que verla!)



Este film es un extraordinario y doloroso retrato dramatizado de la historia de América Latina. México no es más que un escenario, y los caracteres no son más que reproducciones fieles de tantos y tantos personajes que han llenado nuestros libros de historia de tinta y sangre. No es extraño que, concentrados como a veces estamos en nuestros problemas locales, quienes vivimos en estos países a veces olvidemos que compartimos un legado común que casi parece formar parte de nuestro código genético. Particularmente punzante en nuestros días la idea de que esta historia es cíclica y estamos condenados a repetir nuestro pasado ad infinitum.

Dejando a un lado las consideraciones históricas, los valores de producción igualmente merecen aplausos: un trabajo notablemente esmerado en fotografía, edición, maquillaje y vestuario, sumado a una banda sonora impecable y a unas actuaciones para saborear con calma y deleite. Ciertamente, no debería esperarse menos de un film que lleva el epíteto de “más costoso de la historia cinematográfica mexicana”, pero es una realidad innegable que el presupuesto no siempre (y más bien rara vez) es directamente proporcional al buen gusto.

Altamente recomendable.

martes, 17 de marzo de 2009

lunes, 16 de marzo de 2009

"Du sublime au ridicule il n'y a qu'un pas", o el quid de este show

Tras haber culminado mi post anterior, no podía dejar de atormentarme: ¿es posible que mi único talento se limite a sobre-analizar mi propia estupidez? ¿Cómo puede un evento tan fútil ser sujeto de semejante reflexión?

Es entonces cuando la respuesta vino a mi, casi como una iluminación, un inesperado satori en medio de la noche, y comprendí incluso el por qué (o, más bien, el para qué) de este blog.

Existe una pregunta que siempre me ha perseguido a lo largo de mi vida, y que una lejana (pero muy vívidamente recordada) conversación con mi querida amiga Ana Elizabeth me ayudó a esbozar en mi mente hace ya varios años: ¿Por qué el mundo espiritual y el mundo material deben estar divorciados? Tal parece que una educación religiosa (y esto es tan cierto para los católicos como para la mayoría de las religiones) tiene el fin primordial de convencernos de que ser profundamente espiritual se opone de manera diametral a una vida terrenal relajada y concupiscente. Con el perdón de quienes aun lo creen así, si de algo me ha servido mi corta vida ha sido para aprender que ese principio es falso... ¡y vaya que he derramado unas cuantas lágrimas para comprenderlo!

Pues bien, no pretendo ahondar demasiado en el tema, suponiendo que en el futuro podré hacerlo a mis anchas. Baste decir que, en medio de mis permanentes reflexiones sobre la naturaleza de la vida, y de las estrechas relaciones entre lo material y lo espiritual, he terminado por pensar que las cosas son mucho más simples de lo que la mayoría quiere hacernos creer. Tienen que serlo.

¿Por qué vivir la vida tan en serio? Al final, la vida se trata de aprovechar cada experiencia para adquirir herramientas y luego usarlas, mas no hay por qué hacerlo de manera severa. Es cuestión de cómo uno se aproxima al hecho vivencial. En lo personal, no me tomo a mí mismo tan en serio, o por lo menos estoy en el perenne intento de hacerme la vida más sencilla. Tengo derecho de ser tonto a ratos, o frívolo, o irrelevante. A fin de cuentas, la frivolidad es, también, una forma válida de elaboración intelectual.

Entonces, ¿para qué el bendito blog? Simple: para compartir ese derecho inalienable de trivializar lo profundo y de profundizar en lo trivial, y para buscar a través de este tipo de reflexiones esos mensajes simples y positivos que nos ayudan a llevar la vida de una forma más relajada. Al fin y al cabo, nada es más efímero que esta vida seriesísima, y ya el ambiente es suficientemente hostil como para que también nosotros saquemos el látigo y nos sigamos autoflagelando, buscando más complicaciones de las que ya tenemos.

Es por eso que aquí se vale ser superficial, sobre-analítico, despreocupado o quisquilloso. Aquí se vale un comentario de cine (¡de esos esperen bastantes!), o una reflexión trascendental. Aquí se vale la opinión desinformada, o la erudición extrema y heavy metal (bueno... tampoco tanto). En fin... ¡este es mi blog, carajo, y se vale toda vaina!

Blackout!

Parafraseando a Hesse, siempre he creído que sea cual sea la suerte que uno corra, es posible dar significado a cualquier experiencia y transformarla en algo valioso. Es así como en una situación como la que actualmente se vive en Caracas --y estoy seguro de que nadie se atrevería a negar que el adjetivo "crítica" se ajusta bastante bien--, siempre estoy buscando resquicios de luz donde encontrar algo positivo. En medio de la inseguridad, el tráfico, el ruido, el gentío y las otras miles de razones que van obligando al caraqueño de a pie a vivir una vida cada vez más ermitaña, me resulta fascinante la variedad de excusas que pueden inventarse para salir del encierro. En esto, con toda seguridad, profundizaré en el futuro.

El ejemplo que hoy me ocupa no es algo demasiado creativo, no vayan a creer, pero algo tan simple como una "tarde de té y pasteles" puede convertirse en una actividad de autoexploración, digamos, sociológica, tan interesante que bien merece contarla en la lista de "momentos entretenidos por los que vale la pena vivir en Ciudad Caos".

Más allá de los indiscutibles encantos de quienes conformaban el grupo de esta tarde, y de la inolvidable "torta Pucci" --una colorida creación de nuestros anfitriones, que promete convertirse en tema e inspiración para futuras reuniones--, fue inevitable la llegada del "apagón cerebral". Me refiero a un fenómeno (con el que seguramente todos están familiarizados, o al menos eso espero, no quiero creer que soy el único freak al que le ocurre), del cual hasta hoy no había tomado conciencia: la conversación adquiere un ritmo monótono, sea porque no conoces a las personas a quienes los otros se refieren, o porque el tema que surge te resulta simplemente aburrido, y tu cerebro se desconecta del todo, dejando al cuerpo en "piloto automático"- asientes y sonríes, aunque no tienes idea de qué va la conversación, sólo asientes y sonríes... tu mente vaga hacia otras direcciones, o simplemente está apagada... Quizás hasta dices alguna frase standard: "Sí, ¿no? ¡Qué bolas!"... Pero nada, ni idea... ¿De qué hablan? ¿Nos vamos pronto? ¿De qué se ríen ahora? Y de pronto te das cuenta de que es imposible retomar el hilo.

Siendo una persona tímida como soy (no, no es un chiste, realmente lo soy), este tipo de situaciones a veces me ponen al borde de un ataque de pánico. Por fortuna, tomar conciencia de semejante fenómeno es el primer paso para desarrollar una solución, y en este caso, creo haber dado con una bastante viable y simple: es el momento de ir al baño. Nadie se percata de que he perdido el hilo, y muy probablemente para el momento de volver, habrán cambiado el tema y podré incorporarme sin mayor problema.

La tarde terminó muy bien, está de más decirlo. Algunas calorías sobran, es cierto, pero quedó conjurado el aburrimiento de una tarde dominical, y he vuelto a casa con una nueva herramienta contra el pánico social... sólo espero recordarla en medio del próximo "apagón".